Desvario total

Nunca, en muchos meses, escribi nada como esto, pero hoy lo vuelvo a hacer:

Caía interminablemete en una fuente de plata marcada, acero acérrimo de mil millones de midiclorianos estupefactos que vuelan por la unidad del átomo desvencijado en esa plaza de Recoleta. Torrente de aves vagabundas nadan en los campos de naves espaciales embrolladas en bochornosos programas de raidodifusión acompleja de miles de peces aereos que una vez caminaron por las paraderas de cesped sintético. Y trabucos oxidados que dirparan pompas de detergente vencido en una batalla contra la impermeabilidad de el agua del Riachuleo, semidesoxigenada y carente de valentía compo para regresar a sus dominios en el mundo de los extraterrestres aprehensivos que fulminaron con su mirada a los dodos de las Islas Canarias.

Mel