domingo, mayo 28, 2006

Post extremadamente largo

Esto va para mi amigo Jack, que dijo que mis post no podían superr al de él en largor (largor o longanismo).

La helada se habia cernido sobre la ciudad y ella no podía dejar de pesnar en el día extremadamente caluroso de la noche anterior. Todavía no lo podía creer, nieve en edio del verano.
Sus manos estaban casi azules y sus labiso violetas, la ventana abierta había dejado entrar toda la escarcha y el viento helado y se encontraba tendida sobre su cama, totalmente congelada, incapaz de moverse siquiera.
Podía escuchar los gritos de su madre desde el piso de abajo, llamándola para desayunar... ¿es que ella no sentía el frío? ¿ella no veía la nieve? ¿no entendía no podía moverse? Olía las tostadas haciéndose en la cocina, el aroma del cafe le invadía el olfato... y los gritos de la mujer seguían poniéndola cada vez más nerviosa.
No iba su madre a subir la escalera, no, ella no le permitía entrar a asu habitación por nada del mundo, salvo con su permiso, el cual no estaba muy dispuesta a dar seguido. Por eso entendía qué era lo que iba a suceder, lo veía venir, lo entendía... era inevitable.
La nieve seguía entrando por la ventana, con cada ola de viento frio. La escarcha se apilaba sobre su cama y sus músculos rígidos le dolían, como cientos de agujas que se clavaran en su carne hasta que le resultaba imposible pensar en nada más.
Poco a poco, el sentir las agujas de hielo en su carne, en sus huesos, en cada centímetro de su cuerpo, le borró de la mente todo otro pensamiento y el destino devino sobre ella poco a poco.
Las tostadas seguían sobre el fuego, el café seguía humeando sobre la mesa, su madre seguía gritando que se leantara de la cama... pero ella ya no escuchaba nada de eso, ni lo olía, ni lo sentía, de a poco ya tampoco vio nada más que una profunda oscuridad que la cegó... y alivio fue su último sentimiento, cuando de pronto dejó de sentir las agujas... en seguida vio su casa desde arriba y cerrando los ojos y respirando profundo, se dejó llevar con el viento, navegando entre miles de copos de nieve que no dejaban de caer sobre la asombrada ciudad...

En la mitad de la mañana, el desgarrador grito de una madre despertó a todos aquellos que aún no habían sido arrebatados de su sueño, y fueron recibidos por una oleada de trsiteza...

En la plaza, una pequeña que aún no conocía la nieve vio a la que luego llamaría la Reina de las Nieves...



Mel

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