lunes, abril 11, 2011

La Sombra

Acercose ella nuevamente y me susurró al oído, no estaba aquí por cualquiera, sino que venía a llevarla a ella.
Me apretó fuerte la mano, y me sonrió con sonrisa cálida, yo sabía que no iba a poder evitarla.


No pude pasar a verla, no pude decirle adiós.

Siempre va a estar en mi alma, consolándome, y diciendome lo linda que soy.

Siempre siempre siempre y para siempre te voy a extrañar, abuela.

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