Acercose ella nuevamente y me susurró al oído, no estaba aquí por cualquiera, sino que venía a llevarla a ella.
Me apretó fuerte la mano, y me sonrió con sonrisa cálida, yo sabía que no iba a poder evitarla.
No pude pasar a verla, no pude decirle adiós.
Siempre va a estar en mi alma, consolándome, y diciendome lo linda que soy.
Siempre siempre siempre y para siempre te voy a extrañar, abuela.
Desorientada
Hace 11 años.
Pero pensá en lo que tuviste!
ResponderBorrarArriba el animo Mel